Sentimientos de tristeza, abandono, soledad, irritabilidad, inutilidad, hasta pérdida del sentido de la vida. Este fenómeno está atravesado por el contexto sociocultural y por la dinámica en la trama vincular de la pareja y familia.
Saber soltar y dejar marchar.
Es importante tener en cuenta que la relación con los hijos no termina, sino que se vivirá y desarrollará de forma distinta, sin olvidar, que para que una relación se mantenga hay que seguir fomentándola.
Es fundamental la aceptación de la situación, y la construcción de un nuevo concepto de vida, observándola como algo dinámico que atraviesa diferentes etapas, así como períodos de crisis.
Que los hijos se vayan es un proceso natural.
La salida de éstos hacia la construcción de su nuevo modo de vida será por lo tanto un nuevo episodio vital que podrá causar extrañeza al principio, junto a sentimientos de vacío y soledad, pero que