Algunos enfoques ponen a la Psicología y a la Espiritualidad en veredas opuestas y sin puntos de encuentro. Para algunos pareciera que la mente tiene mayor relevancia ante las cuestiones del espíritu. Y a otros les interesa el espíritu sin tener en cuenta las cosas que le sucedieron de niños o cómo se desarrolla su vida familiar.
“Hay un peligro en la espiritualidad que no toca el dolor, que quiere solamente lo bueno. En cambio es tal vez menor el peligro para la persona que se mete en el dolor, porque si abre la vieja herida y realmente sana eso, queda en una condición más receptiva a otras cosas que llegan después, cuando uno ya tiene energía psicológica liberada para “cosas”, digamos, superiores.” Claudio Naranjo.